¿Fe o compasión?

Los dos ciegos clamaron a Jesús para ser curados: “Ten compasión de nosotros. ¡Oh Hijo de David!”. Claro, ellos pensaron que la compasión de Jesús hacia ellos los curaría. Pero Jesús dijo: “¿Creen que puedo hacer eso?”.
En otras palabras: “¡Si ustedes no creen, mi compasión no los va a curar!”. Los ciegos dijeron: “¡Sí Señor!”, y Jesús dijo: “¡Entonces que sea conforme a vuestra fe”.

¿Cuántas personas han contado con la compasión de Dios para desarrollar un negocio, idear un proyecto, cerrar un contrato o simplemente prosperar?

En realidad, estas personas que cuentan con la compasión no son receptoras de la energía que tiene la Palabra de Dios.

Un ejemplo fuerte es el caso de la mujer que sufría con una hemorragia hacía doce años. ¡Pasó de rica a pobre! ¡Nadie pudo resolver su problema! Pero cuando ella escuchó hablar de Jesús, fue hasta Él y lo tocó. Jesús dijo: “Alguien me tocó, porque de mí salió virtud, poder, energía…”. Los discípulos Le dijeron: “La multitud te aprieta y dices: ¿Quién me ha tocado?”.

Si el milagro viniera de la compasión, saldría poder del cuerpo de Jesús hacia todos los que Lo estaban tocando. ¡Todos atacaban a Jesús! Pero la mujer fue la única receptora del poder de Dios, ¡porque creyó!
Vea lo que la energía le generó. Jesús le dijo: “¡Tu fe te ha salvado! Ve en paz, sé libre del mal”.

¡No fue la compasión de Jesús que le trajo la paz, la liberación y la cura, sino la fe de la mujer! El hecho, es que, la compasión puede hacer muy poco, comparado a lo que la fe en la Palabra de Dios puede hacer. Este concepto se aplica también a la prosperidad. Si usted busca la compasión de Dios, como si fuera una limosna, no conseguirá más que eso. Si en cambio usa la fe, podrá realizar sus proyectos, concretar sus sueños y prosperar de la forma en la que sólo Dios puede realizar.

Este próximo lunes estaremos en La Nación de los Vencedores a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20, en Av. Corrientes 4070, para que usted aprenda mucho más sobre cómo prosperar basándose en la Palabra de Dios.