Cuando comienzan los problemas, parece que no hay solución, entonces
la desesperación se encarga de destruir todo, llegando al extremo de
cometer locuras. Javier se encontraba desempleado, como consecuencia, no
tenía dinero para cubrir sus gastos. Los problemas aumentaban y esto
hacía que todo el tiempo estuviera nervioso. Se encontraba en la miseria
y no encontraba una manera de salir adelante. La presión de esta
situación lo llevó a la delincuencia, por ese motivo estuvo preso. El
tiempo pasó y Javier tuvo la oportunidad de acercarse a la Universal.
lunes, 30 de septiembre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
“Tuve una oportunidad y manifesté la fe”
Valentín tenía una deuda de $ 120 000, ganaba $ 3000 al mes que solo
le alcanzaban para pagar los intereses. “No me alcanzaba para comer ni
para viajar a trabajar. Llegué al límite de colarme en el tren porque no
podía pagar el boleto”, recuerda.
lunes, 16 de septiembre de 2013
“De la miseria a las conquistas”
Cuando el infortunio golpea a la puerta, lo hace brutalmente, en ese
momento la estabilidad alcanzada tambalea y el futuro se vuelve algo
incierto. Ana Noemí se encontraba enfrentando exactamente esa situación
cuando llegó a la Universal. Inmersa en un estado depresivo, pasaba sus
noches con insomnio. Había perdido las ganas de vivir y se encontraba en
la miseria. En su vida habían sucedido una serie de hechos que le
habían quitado la esperanza de un mañana mejor: fundió el taller que
tenían, su madre falleció, se separó de su esposo, y le empezó a gustar
la vida nocturna en los boliches.
lunes, 2 de septiembre de 2013
De empleado a comerciante
Si bien José contaba con los medios para que su situación económica
fuera estable y próspera, su realidad era otra, estaba trabado y pasando
necesidades que lo llevaron a sentirse frustrado. Pero, a partir del
momento en que decidió probar a Dios, pudo ver Su grandeza en la vida de
calidad que pasó a disfrutar junto a su familia.
“Económicamente estaba mal porque aunque era propietario de un camión y trabajaba para una buena empresa, cuando llegaba el momento de cobrar los cheques, no tenían fondos. Se me atrasaban las cargas sociales, el seguro y las cuentas corrientes del combustible.
“Económicamente estaba mal porque aunque era propietario de un camión y trabajaba para una buena empresa, cuando llegaba el momento de cobrar los cheques, no tenían fondos. Se me atrasaban las cargas sociales, el seguro y las cuentas corrientes del combustible.
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