Lunes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs, en Av. Corrientes 4070 - Almagro

lunes, 12 de marzo de 2012

¿Cómo ha visto usted a Dios?

La Biblia dice: “¿A qué, pues, haréis semejante a Dios?”, (Isaías 40:18). Por más grande que sea su problema económico, usted nunca puede compararlo con Dios.

Ni una deuda, un embargo, un juicio o cualquier situación económica, por mala y grande que sea, no puede compararse a Dios, porque Él no puede ser comparado a nada ni nadie.

Si usted no puede imaginar el tamaño del cielo, y el propio cielo es la creación de Dios, ¿cómo podremos imaginar el tamaño del Creador? ¡No podemos!

¿Qué es Dios para usted? ¿Un hombre? ¿Un objeto? ¿O es el Todopoderoso? Porque de acuerdo con su visión de Dios, usted será, o no, una persona indignada. El indignado lo es por la visión que ha tenido de Dios. Dentro de la iglesia hay personas que han tenido un problema económico muy grande, oyen una palabra de fe y reaccionan, porque aunque su problema económico es grande, para ellos, Dios es mayor que todo. Otras, que tiene un problema muy pequeño, oyen la misma palabra pero no reaccionan, ¿por qué? Porque, a su entender, el problema es más grande que el Dios que la Biblia les presenta. Ellas no logran indignarse y por eso no vencen. Todos los héroes de la Biblia sabían que Dios es grande, y por eso conquistaban. Quien ve a Dios como algo más grande que todo, es un indignado por naturaleza. Son los indignados los que hacen la diferencia, vea que Dios nunca contó con una persona que estaba conforme con su situación, Él siempre buscó a los disconformes, a los indignados y son ellos los que reciben las cosas grandes de Dios.

Participe este lunes 19 de marzo a las 20 e indígnese para vencer los problemas que lo han atormentado. Lo esperamos en Av. Corrientes 4070, Almagro.

La indignación dio resultado
 Omar Aguirre: “Tenía tres negocios, comercios importantes y perdí dos, me quedó una deuda de 70 mil dólares. Llegué a pensar en ese momento que la solución era pegarme un tiro. Hasta que un día por televisión, vi el programa de la iglesia, me llamaron la atención otros casos similares a los míos.

Desde el momento que vine acá, empecé a indignarme. Comencé a usar la fe y mi negocio fundido empezó a reflotar. En 6 años pagué todas mis deudas. Hoy estoy feliz, contento, tengo una empresa de electricidad con gente a mi cargo. Logré casa propia, mi auto, y voy por más para glorificar a Dios”.

Pudo realizar sus sueños
 Claudia: “Había estudiado durante muchos años con el sueño de poder ejercer mi profesión en forma independiente, pero no podía. Tenía trabajo pero el dinero no nos alcanzaba. Me deprimí, no podía terminar mi casa. Me invitaron a la iglesia y participando de las reuniones, aprendí que Dios tenía que ser mi socio. Empecé a manifestar mi fe, a usar esa indignación que tenía y pude terminar mi casa, hace dos años la ampliamos, conquistamos una camioneta 4×4, un auto. Puedo darle a mis hijos la educación que siempre quisimos. Tengo mi estudio, mis clientes, pude realizar mis sueños, voy por más”.

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