Lunes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs, en Av. Corrientes 4070 - Almagro

lunes, 26 de marzo de 2012

El valor de la obediencia

Si hay un gran problema económico en su vida, la solución está en usted. Hay personas que se suicidan por la falta de solución a sus problemas económicos, pero la Biblia dice así: “Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso del Señor; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.

Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.”, (2 Reyes 4:1-4).

Ella esperaba la solución del hombre. Muchas veces, usted espera solucionar sus problemas con la ayuda del hombre, pero la solución del problema económico de la viuda era obedecer a una dirección. Su solución también está en obedecer la orientación que le hemos dado todos los lunes. Si usted la pone en práctica, su situación económica va a cambiar, porque ésta dirección proviene de Aquel que es dueño de todo el oro y toda la plata, que vino a traer vida, y vida con abundancia. ¿Quién mejor que Él para ayudarle?

Lo que el hombre de Dios le dijo a la viuda, era algo que seguramente ella no esperaba oír. Cuando uno obedece a la orientación dada, sin tomar en cuenta las circunstancias, demuestra fe, pero muchos no obedecen porque las circunstancias son adversas.

El aceite era la única cosa de valor que tenía la mujer, pero ella obedeció sin preguntar, sólo creyó: “Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.”, (v. 5-7).

Dios sigue siendo el mismo, lo que hace falta es que, además de fe, en su interior haya confianza para obedecer la dirección dada por el Espíritu Santo. No existe un problema para el que Dios no tenga una dirección para darle. La única condición es obedecer a la orientación que Él le dé, como hizo la viuda. Quizá por la cabeza de la viuda pasaban pensamientos que decían que su caso estaba perdido, pero cuando obedeció lo que el profeta le dijo, su problema fue resuelto.

Sepa que su situación va a cambiar cuando usted tenga el coraje de obedecer la dirección dada, y recuerde, la Palabra de Dios se resume en dos cosas: oír y obedecer.

Participe este lunes de una reunión dedicada exclusivamente a su vida económica. Lo esperamos a las 20 en Av. Corrientes 4070, Almagro.

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