Rosa es psicóloga y su esposo es pediatra, antes de buscar la
bendición de Dios enfrentaron muchos problemas económicos. Tuvieron que
cerrar una clínica que era muy exitosa. “Yo trabajaba en talleres de
liderazgo y en ese momento no conocía a Dios, todo estaba mal, estuvimos
a punto de perder la casa que valía 300.000 dólares, porque teníamos
tres créditos hipotecarios. Ante esta situación me cuestionaba qué
estaba pasando, no podía ser posible, los dos habíamos estudiado mucho y
perdimos los autos, perdimos la clínica, algo grave estaba pasando.
Vi el programa de la iglesia y hablaban de algo muy importante, no
trabajar con la fuerza del brazo, sino trabajar con Dios. Dije, debe ser
cierto y comencé a hacer la cadena de lunes. Toda la situación se
revirtió y la muralla más grande la destruí al entrar en sociedad con
Dios. Recuperé mi casa, porque se redujo a la mitad la deuda.
Seguí perseverando en la cadena y a pesar de las luchas que se
levantan, insisto, porque Dios no falla, Él es fiel, pero nosotros
tenemos que serle fiel también. Mi vida está totalmente bendecida y
tengo un emprendimiento, compré cuatro casas en la costa y estoy
prosperando con dos dúplex. Vencí una muralla económica muy grande y voy
por mucho más”, afirma Rosa, realizada.
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