Si bien Miguel Ángel Vargas tenía un trabajo, vivía involucrado en
los vicios, gastando en salidas y prostitución. Esto afectaba su vida
económica, pues estaba a punto de perder su trabajo por llegar drogado.
No encontraba una solución para su situación, tenía problemas en su
familia producto de su comportamiento alterado. Golpeaba y maltrataba a
su esposa, no le importaba si tenían para comer ni ella ni sus hijos. En
un momento su esposa decidió abandonarlo y no había chances de que
regresara a su lado.
Desesperado, una noche escuchó hablar de la Universal. Comenzó a
participar de las reuniones y fue cambiando, entonces decidió luchar por
una vida diferente y buscó recuperar a su esposa. Participó de las
reuniones usando su fe y comenzó a conquistar económicamente. Su
presente es muy diferente, tiene un buen trabajo, logró comprar cosas a
las cuales antes era imposible acceder. Adquirió una camioneta 0
kilómetro y tiene su casa renovada completamente. Hoy disfruta una vida
bendecida en familia.
Él concurre a la IURD de Florencio Varela en Av. Gral. San Martín 3054.
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